Los usos y costumbres del lugar de residencia podrán requerir que sea conveniente incorporar el apellido de caso/a al apellido de soltero/a.
Si bien esta situación se presenta habitualmente para el caso de mujeres casadas, en Argentina cualquiera de los cónyuges puede optar por usar el apellido del otro, con la preposición “de” o sin ella.
Para el caso de que el matrimonio haya sido celebrado en el extranjero, previamente se deberá tramitar su homologación judicial en Argentina.
En caso de divorcio, no puede usarse el apellido del otro cónyuge, salvo que el juez, por motivos razonables, autorice a conservarlo.
Una persona viuda puede seguir usando el apellido marital mientras no contraiga nuevo matrimonio o unión convivencial.
Usamos cookies para analizar el tráfico del sitio web y optimizar tu experiencia en el sitio. Al aceptar nuestro uso de cookies, tus datos se agruparán con los datos de todos los demás usuarios.